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BÚSqueda

Los Verdes

9 février 2007 5 09 /02 /février /2007 07:18

(con referencia a unos artículos recientes en El País)

En el marco del debate sobre el cambio climático y ante la creciente campaña de legitimación de esta fuente energética cara y peligrosa que es la energía nuclear, se suele recurrir a Finlandia como un ejemplo a seguir por parte de los partidarios de la energía atómica.

Sin embargo, Finlandia no es en absoluto un buen ejemplo para la política energética europea. La construcción de una central nuclear en Finlandia –la única nueva en Europa- aparece de hecho como la excepción que confirma la regla del declive de la energía atómica y de su inviabilidad como arma contra el cambio climático.

La energía nuclear no es la fuente energética preferida de los finlandeses ni mucho menos. En un sondeo reciente más de 80% de los finlandeses optaban por la energía de biomasa, la energía eólica o la hidroelectricidad, mientras que sólo 40% de los finlandeses apostaban por aumentar la capacidad nuclear.

Por otra parte, y contrariamente a lo que se afirmaba en este periódico en la crónica del corresponsal en Finlandia el pasado 6 de febrero, la postura de Los Verdes en Finlandia está muy lejos de inhibirse. Por ejemplo, la decisión en mayo de 2002 de construir el reactor nuclear provocó la salida de Los Verdes del gobierno y la dimisión de la Ministra de Medio Ambiente. Los Verdes siguen denunciando el seguidismo gubernamental fuerte lobby nuclear apoyado por la industria papelera que ha perpetuado la dependencia en la electricidad para la calefacción en lugar de otras opciones sostenibles como la biomasa de madera y la mejora en la eficiencia.

Las obras de la planta llevan entre año y medio y dos años de retraso y han generado ya unas pérdidas de entre 400 y mil millones de euros para la compañía nuclear francesa Areva. Además, distintos estudios finlandeses han mostrado que con menos inversión que la que ha necesitado la central se podía haber garantizado el suministro energético y haber reducido las emisiones de CO si se hubiera apostado por la senda de renovables, la eficiencia y las medidas de ahorro.

La energía nuclear sigue siendo una fuente muy arriesgada tanto económicamente como ambientalmente. Además, solo aporta el 5.5% de la energía final consumida en Europa porque ni mueve coches ni suele calentar las casas. Así mismo, al tiempo que se construye una nueva central atómica en Finlandia están a punto de clausurarse más de una decena de plantas en Europa (7 se cerraron durante el pasado mes de enero). Aceptemos de una vez, pues, que las nucleares son del pasado y que el futuro pertenece a las energías seguras y limpias.

David Hammerstein, eurodiputado de Los Verdes, Satu Hassi, eurodiputada y exministra de medio ambiente de Los Verdes de Finlandia y Raül Romeva, eurodiputado de ICV. 

 Bruselas

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8 février 2007 4 08 /02 /février /2007 16:42

 Los Verdes no estamos en contra de la nanotecnología.  Consideramos que el medio ambiente, la medicina y algunos sectores de la economía podrían beneficiarse bastante de las investigaciones de la nanociencia. Sin embargo, debemos proceder con precaución antes de comercializar los productos. Los que  desprecian la precaución no son amigos del progreso firme de nanotecnología y acabarán deteriorando la confianza de los consumidores. Actualmente estamos apretando el acelerador de la maquina de la nanotecnología sin asegurar antes si tenemos frenos de emergencia, sin ni siquiera saber si la dirección funciona.

 

 

 Ya se están utilizando nanopartículas en productos de consumo sensibles sin saber sus posibles impactos sobre la salud y el medio ambiente. Cosméticos, detergentes, pinturas, textiles ya comienzan contener nanopartículas.

 Con nuestra despreocupación posiblemente estamos preparando el camino para un gran escándalo sanitario futuro. Pedimos más estudios, una regulación clara y la aplicación del principio de precaución.

 El Comité Científico de la Comisión Europea (CCRSERI) afirmó en una comunicación del 28 de septiembre de 2005 que carecemos de los conocimientos necesarios para la evaluación de los riesgos, por ejemplo en lo referente a la caracterización de las nanopartículas, la detección y la medición de las nanopartículas, los datos dósis-respuesta, la evolución y la persistencia de las nanopartículas en el ser humano y en el medioambiente. Según el CCRSERI los métodos toxicológicos y ecotoxicológicos existentes no son suficientes para hacer frente a todos los problemas que plantean las nanopartículas.

 Algunas nanopartículas actúan de forma muy diferente de partículas más grandes.

  El problema principal es que la liberación  no controlada nanopartículas puede ser muy peligrosa.

 2) Nanopartículas son mas reactivas químicamente y son fácilmente oxidables por el oxigeno para producir radicales que son muy reactivos

 3) Nanotubos incluso pueden comportarse en el cuerpo de una madera similar a la de las fibras de amianto, causando cáncer de pulmón.

 4) Una vez liberadas en el medio ambiente, muy poco se sabe del comportamiento/reacciones de nanopartículas-un empuje de la CE fuerte de investigación e es necesario en este campo. Sin embargo solo una pequeña fracción de la inversión europea se gasta en estudios de riesgo y impacto.

 5) Que es lo que sigue después de la penetración creciente de materiales artificiales en nuestros cuerpos y la integración de maquinas externas (nanomáquinas) en nuestro organismo por nuestra propia identidad y consciencia de identidad? Ni las preguntas biológicas ni las éticas tienen respuesta ni regulación.

 

   Por estas razones debemos frenar desarrollo de la nanotecnología en campos pontencialmente peligrosos y plantear una legislación europea sobre su utilización para proteger la salud y el medio ambiente.

 

 David Hammerstein

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28 janvier 2007 7 28 /01 /janvier /2007 23:20

            La actual debilidad y ceguera política de los Estados Unidos está teniendo unos efectos muy peligrosos sobre la estabilidad del Oriente Próximo. Han convertido a Irán en un gran árbitro regional y sus múltiples aliados se hacen fuertes por doquier. Además, parece que Irán tendrá pronto armas nucleares y hay muy poco que se puede hacer para evitarlo. ¿Quien asumiría las terribles consecuencias de utilizar armas atómicas tácticas (necesarias según expertos militares) para retrasar la capacidad nuclear de Irán? La solución negociada se impone.

      Al mismo tiempo la Iraquización, de caos y violencia étnica, comienza a extenderse al norte de aquel país (Kirkuk) y a Líbano y Palestina, donde la fragmentación sectaria y células durmientes de Al Qaeda están esperando su momento. Del sueño ideológico de los neo-cons del “Nuevo Oriente Próximo” hemos caído en la pesadilla de la guerra de todos contra todos. Ahora , en cambio en Europa se impone una lógica política pragmática y conformista que, lejos de apuestas políticas ambiciosas en el Oriente Próximo, solo busca la gestión de la catástrofe y un control mímimo del daño.

              La Unión Europea está llevando a cabo una labor humanitaria y pacificadora muy loable sobre el terreno pero carece de la unidad política para ejercer la fuerte presión necesaria para acabar con 40 años de ocupación y sufrimiento en Cisjordania y Gaza. La UE debe decidir si es una ONG o un actor internacional. Debe empezar a actuar políticamente en el Oriente Próximo donde juega gran parte de su estabilidad política, cultural y económica en el futuro. Europa tiene que hacer saber a Israel que el mantenimiento del status quo no es aceptable. Cada día que pasa una solución pacífica se hace menos viable por los hechos sobre el terreno. La población de los colonos creció en 6% en el 2006. La política de más de 400 controles y el muro tortuoso, que a menudo separa palestinos de palestinos, hace imposible la vida normal y la economía para los palestinos. Hasta ahora los israelíes han aplicado la política de “cuanto peor para los palestinos, mejor” o “que se maten entre ellos” pero ahora la mayoría se dan cuenta que no hay escapatoria de una convivencia mutua en una franja tan estrecha de tierra compartida. Ya no hay muros que valen. Se ha acabado para Israel la conveniencia de “ganar tiempo” con la afirmación de que “no hay interlocutor palestino para la paz”. El tiempo no corre su favor y muchos líderes de Israel lo saben. Yithak Rabin afirmó hace quince años al embarcarse en el proceso de Oslo que “debemos mover rápidamente a favor de la paz antes de que tengamos un Oriente Próximo nuclear”.

 

             Es evidente que Israel, ante la supuesta  amenaza existencial de Irán, tiene la urgencia de encontrar unos fuertes intereses comunes con una parte importante de su entorno árabe si quiere un mínimo de seguridad. Seguir dependiendo ahora solo en su poderío militar y la represión de los palestinos es una receta pare la catástrofe. Muchos analistas israelíes se preguntan como podría responder a un ataque simultaneo de Katiuskas de Líbano, kassams o peor desde Gaza y otra intifada en Cisjordania cuando y incluso un ataque de Siria cuando después de la Guerra del verano pasado, el ejército israelí ya no asusta como antes. Su eficacia militar se ha deteriorado después de décadas de la diaria tarea de ser un policía inmoral de ocupación. Además, habría que añadir un nuevo factor: la percepción creciente por parte de la derecha de Israel de que la minoría árabe Israelí que constituye veinte por cien de la población se está convirtiéndose en una peligrosa quinta columna que cuestiona la naturaleza judía del estado. Paradójicamente la multitud de peligros y la extrema debilidad del actual gobierno en Jerusalén es la motivación detrás una mayor flexibilidad hacia los palestinos. Cada día se hace más patente el enorme error histórico de no alcanzar un acuerdo bajo los parámetros y los oficios de Clinton en el año 2000. Frente a la propuesta de entonces de devolver el 97% de Cisjordania, la partición de Jerusalén, una garantía de seguridad internacional y compensación amplia para los refugiados, hemos pasado a la actual propuesta máxima de la Ministra de Exteriories Israelí  Tzipi Livni, totalmente inaceptable para los palestinos, de establecer las fronteras temporales siguiendo el actual trazado del muro que trocea en cantones una parte significativa de Palestina.

 

     El unilateralismo agresivo de Estados Unidos está mortalmente herido pero el multilateralismo pacifico liderado por la UE no puede nacer. El prestigio de los EE.UU. está por los suelos en el mundo árabe pero Europa no está a la altura de las circunstancias todavía. Es la hora de que la UE lidere la paz, como ha empezado hacer en el Líbano. Incluso, la intervención de la UE está cada vez mejor vista en Israel, rompiendo con la tradicional actitud de rechazar la “internacionalización del conflicto”. La Unión Europea tiene que aprovechar la oportunidad. 

            David Hammerstein

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28 janvier 2007 7 28 /01 /janvier /2007 15:57

            1. El Líbano: Paz y consenso inestable en un sistema semifeudal de encaje de bolillos. Una democracia étnica y compleja se encuentra en una encrucijada ante las interferencias externas, los asesinatos políticos y las bombas israelíes. Sí, una democracia con una prensa libre muy crítica y muy variada y con una sociedad civil vibrante. Pero al mismo tiempo esta democracia peculiar y sectaria solo puede sobrevivir y evitar una nueva guerra civil con el mantenimiento, por lo menos parcialmente, de su sistema tradicional de consenso nacional, garantía de representatividad étnica y religiosa. No se puede gobernar con una estrecha mayoría excluyendo a algún grupo importante, como los chiíes de Hizbolah, sin consecuencias nefastas y violentas. Es verdad que es necesaria una reforma electoral, ya presentada por la sociedad civil, que combatiera la corrupción, limitar al financiación ilícita y reorganizara los distritos electorales de forma más equitativa y aumentara el número de diputados elegidos por sistema proporcional (en un doble sistema combinado con el étnico) Así se podría fomentar a los partidos políticos multiconfesionales y alianzas no sectarias. No intentemos forzar una democracia perfecta en un país donde todo pende de un hilo y miles de milicianos armados pueden brotar como setas en cualquier momento. Punto y parte merece la lamentable e injusta situación de la cuantiosa población palestina, privada de cualquier derecho de ciudadanía o de oportunidades de avance laboral, por miedo de que desequilibren el reparto político actual y con la excusa de que tienen que volver a Palestina.


            2. No es de gran utilidad dividir nítidamente a los partidos o grupos religiosos en pro-sirios y pro-occidentales. Hizbollah tiene que ser integrado en el sistema político, incluso dentro del gobierno, y animado a priorizar su agenda nacional en lugar de su agenda iraní o “internacionalista”. Existe una importante brecha social entre el poder sunii y los chitas y en este contexto de Hizbollah es una fuerza vista como “progresista”. Amal, en cambio, aspira jugar el papel de moderados, modernizadores y bomberos dentro del campo Chii y pregona acuerdos transaccionales y interreligiosos. La guerra que lanzó Israel contra Hizbollah el verano pasado ha debilitado a la mayoría gubernamental y ha fortalecido políticamente a Hizbollah, lo que ha animado a esta fuerza a presionar en la calle para un cambio en las reglas de juego político tratando de conseguir una minoría de bloqueo más pequeña.

            3. La frontera del Sur, las tropas europeas de la ONU y la paz con Israel: Es difícil creer que en el 1982 las tropas israelíes fueran acogidos entre vítores por la población chié del sur de Líbano. Sin duda, las tropas europeas juegan un papel importante en mantener la paz y evitar la reconstrucción de las infraestructuras de Hizbollah. Tienen una relación generalmente cordial con las tropas internacionales pero ya se notan las primeras señales de tensión cultural entre la población y las tropas. El ejército libanés está desplegado por la primera vez en años en el Sur y debe ser robustecido. Es de las pocas instituciones multiétnicas que existen. Colocar a las granjas de Chebaa bajo jurisdicción de la ONU ayudaría eliminar el pretexto de la continuación de la “ocupación israelí aumenta la tensión en la frontera.

              David Hammerstein

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28 janvier 2007 7 28 /01 /janvier /2007 15:48

                                              

Después del reciente apagón universal de luces como llamada de atención ciudadana y después de los malos augurios de los científicos climáticos de la ONU,  ahora  corresponde a la clase política responder al reto del cambio climático.  Pero vemos que los gobernantes han llegado fácilmente a la retórica ambiental  pero que todavía está lejos afrontar los hechos con acciones necesarias.  Los Verdes creemos que es imprescindible y posible reaccionar ante uno de los principales problemas a los que se enfrenta la humanidad. 

  

1. Ambición y Responsabilidad

  Queremos que Europa lidere la lucha contra el cambio climático pero últimamente no parece estar a la altura del desafío. La Comisión Europea quiere reducir las emisiones solo un 20% para el 2020, pero esto no sería suficiente. Con las débiles medidas europeas y españolas anunciadas ni siquiera llegaremos esta modesta reducción. En cambio, si queremos limitar el calentamiento global planetario a menos de dos grados durante este siglo para evitar una mayor catástrofe resulta imperativo alcanzar como mínimo el objetivo del  30% de reducción de contaminantes en los próximos 13 años. Tampoco se puede condicionar las metas climáticas europeas a la existencia de similares compromisos en otros países no europeos. Esto sería sencillamente irresponsable si se considera la enorme deuda ecológica histórica que hemos acumulado los europeos con el resto del planeta, y especialmente con el Sur. 

  2.  Hacer más con menos energía

 La forma más económica de proteger el clima es el ahorro energético. Sin reducir nuestro consumo en al menos un 20% antes del 2020, se harán inviables los objetivos de reducción de emisiones. Pero, sin embargo, no hay metas vinculantes de ahorro ni cuotas obligatorias para cada Estado en la propuesta de la UE ni en las propuestas del gobierno español, solo se pregona retórica y buenas intenciones. Es imprescindible y factible el mejorar nuestra eficiencia energética anualmente en un 3% y 4% y así podríamos hacer más con menos energía. Necesitamos medidas de etiquetado para los productos eficientes, una fiscalidad que anime el ahorro y castigue a las actividades más derrochadoras, y la modulación de las tarifas eléctricas para penalizar el sobreconsumo.

 3. Las energías renovables han de salir del gueto y el elitismo.

Las renovables ya están haciendo una contribución creciente a nuestra seguridad climática y de suministro energético, pero aún no es suficiente. Ahora es el momento de sacar a las renovables un su reducido mercado “nicho” o “gueto” mediante un fuerte empujón político para convertirlas en un sector económico innovador y clave en la producción de la electricidad. Es especialmente importante extender el crecimiento de las energías renovables hacia nuevos sectores como son la calefacción, el aire acondicionado y el transporte. Hay que desarrollar las Directivas Europeas de electricidad renovable, aprobar la prometida Directiva sobre la calefacción y el aire acondicionado con renovables. Al menos un 25% de la electricidad, calefacción y combustible pueden proceder de fuentes renovables en el 2020 si queremos afrontar el futuro energético menos amenazador. Sin embargo, los gobiernos, como el español, junto con los monopolios eléctricos colocan trabas ante las renovables y se resisten a eliminar los privilegios y subsidios a las energías contaminantes.

 4. Rompamos con los monopolios para frenar el cambio energético

Se habla mucho de liberalizar al mercado energético pero la realidad es muy contraria ya que tenemos un sector energético que controla en todo un paquete las tres etapas del proceso de producción: la  generación,  las redes de distribución y las ventas. El sector energético está enormemente centralizado, es opaco y es monopolizado por unas pocas empresas. Esta concentrada estructura industrial es incompatible con la descentralización energética que se necesita para la eficiencia, y además bloquea  la posibilidad de una competitividad económica más reequilibrada y justa para las renovables al evitar que los precios de la energía reflejen los costes reales (en España se vende energía por debajo el precio del coste). Es urgente, y muy particularmente en España, la  partición de la propiedad o “Property Unbundling”, para conseguir que el control sobre la producción de energía, su distribución y su comercialización no este en las manos de los mismos propietarios y empresas. Debemos romper el control asfixiante y centralizado sobre todo ciclo de energía para dar acceso al mercado a las nuevas y pequeñas empresas, que suelen representar la energía segura, limpia y cercana.

 5.      No a la política del avestruz nuclear

Otra estrategia con falsas soluciones  es el intento de rehabilitar la energía nuclear. A pesar de que las nucleares ni mueven coches ni suelen calentar las casas, los neo-nucleares presentan una versión totalmente distorsionada de la energía nuclear que se encuentra en un declive irreversible. Obvian los enormes peligros de su proliferación y el terrorismo, y realizan unas estimaciones nada realistas sobre los costes de esta fuente energética tan cara. Ignoran la gran dependencia exterior del uranio, y olvidan los enormes subsidios públicos que para ser rentable necesita la producción atómica dentro del tratado EURATOM.

 6. El carbón sigue siendo sucio y del pasado.

Seguir dependiendo de los combustibles fósiles y de la energía nuclear haría peligrar la seguridad del suministro energético en Europa y aumentaría su dependencia de algunas regiones más inestables y alejadas del planeta. La propuesta de construir nuevas plantas térmicas de carbón contradice los objetivos declarados contra el cambio climático. No se debería permitir que funcionara ninguna planta térmica sin la  avanzada tecnología de secuestro de carbón (libre de CO2), a pesar de que aún esta incipiente tecnología es percibida como demasiado incierta para cualquier inversión a corto o medio plazo en la construcción de centrales térmicas de carbón.

 7. Otro transporte es posible o el fin del ¡Petróleo o Morir!

Es especialmente chocante que ni la Comisión Europea ni el Gobierno Español propongan alternativas a nuestra  creciente dependencia del petróleo. A pesar de nuestra grave adicción al petróleo, no se aborda en serio el sector del transporte que consume el 70% de las importaciones de crudo y produce más de un tercio de las emisiones contaminantes de CO2  de la atmósfera. Son urgentes unos objetivos vinculantes para los Estados porque los compromisos voluntarios de la industria de automóviles han fracasado estrepitosamente. Y es un error afirmar que los biocombustibles puede ser la principal vía de reducir nuestra dependencia con el petróleo debido a su impacto dañino sobre los precios de los alimentos y el medio ambiente. Las medidas que necesitamos son claras y concretas: tecnologías y motores más eficientes y limpios por ley, la internalización de los costes externos del transporte (con un impuesto sobre el combustible de los aviones), la expansión del sistema de peajes para camiones, la inclusión de aviación y el transporte de mercancías bajo los acuerdos del Protocolo de Kyoto y el Comercio de Emisiones. Si además damos prioridad al desarrollo masivo de redes de ferrocarriles de cercanías y largo recorrido en lugar de más autovías también se podrían ahorrar enormes cantidades de energía y emisiones, y con ello salud planetaria.

 8. Más independencia eléctrica con menos gas y menos nucleares

Hay grandes diferencias en el pronóstico sobre la dependencia del gas y de las nucleares, dos fuentes que se utilizan para producción eléctrica. Las proyecciones oficiales prevén el aumento del consumo de gas en un 32%, pero los estudios científicos independientes ven factible una reducción de su consumo en un 9%. El consumo nuclear se reduce en un 15% en el 2030 según los estudios institucionales mientras que la proyección realizada desde un compromiso verde reduce el consumo de energía atómica en más del 85%. Esto se conseguiría con ambiciosas políticas vinculantes de ahorro energético y no con las engañosas y cosméticas actuales, y que habrían de aplicarse a los sectores de la vivienda, la industria y el comercio junto con el aumento radical de la producción de las energías renovables.

 9. Una política climática empieza en la propia casa.

 La vivienda es otro sector clave para contribuir a la reducción de emisiones contaminantes. En el ciclo de materiales de construcción, en los diseños bioclimáticos, en el aislamiento y la iluminación, y en el fomento de hábitos sociales responsables en el uso de electrodomésticos más eficientes, existen grandes posibilidades de ahorro y eficiencia, lo que podría constituir hasta un 15.5% de las reducciones globales de contaminantes antes del 2020. Este cambio doméstico en nuestros hábitos cotidianos exige importantes medidas legislativas. 

 10. Podemos y debemos vivir de otra manera.

Para superar las amenazas y retos energéticos hay que cuestionar algunas de las premisas básicas de nuestro modelo de producción y consumo: la centralización de la producción, la concentración empresarial, el culto al crecimiento de la demanda y el consumo, y la perniciosa y fatalista idea de que de otra manera la gente no podría vivir bien y con calidad de vida.

 David Hammerstein

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28 janvier 2007 7 28 /01 /janvier /2007 15:41

            Sería un grave error centrar el debate energético de la UE en la cuestión nuclear. Una hipotética vuelta a la construcción de nuevas centrales nucleares sería una apuesta muy cara, peligrosa e inútil para reducir nuestra dependencia y luchar contra el cambio climático.

             A pesar de estar la energía nuclear en pleno declive en Europa (actualmente sólo se construye una central y están a punto de cerrarse muchas) y de aportar solamente el 5,5% de la energía final consumida en la UE (y sólo entre el 1% y 2% en el mundo) y sin haber resuelto los graves problemas de seguridad que acompañan a la energía atómica, el lobby nuclear está pasando a la ofensiva motivado sólo por estrechos intereses económicos. Se está obviando que las instalaciones y materiales atómicos pueden usarse para fabricar armas nucleares, como ahora en Corea o Irán, y pueden ser blancos terroristas muy apetecibles. Seguir por la senda nuclear, otorgando permisos a los amigos y prohibiciones a los enemigos, crearía unas tensiones internacionales de una envergadura impredecible.

             La energía nuclear es muy ineficiente frente al cambio climático y económicamente es enormemente cara y depende de masivas ayudas estatales. Para reducir las emisiones contaminantes es mucho mejor gastar este dinero en eficiencia, ahorro, renovables e investigación científica. Además, un giro nuclear no tendría impacto alguno sobre el disparado consumo y dependencia del petróleo, sobre todo en el sector del transporte. Y nadie considera la gran dependencia exterior del sector nuclear del uranio y de su escasez. Dejémonos de una vez este falso debate y asumamos la ardua tarea de ganar un futuro energético limpio y seguro.

            David Hammerstein

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27 janvier 2007 6 27 /01 /janvier /2007 14:04

Anata, 11-01-2007

       Sabir tenía 10 años. Salía de su escuela en Anata, en el Jerusalén Oriental, cruzando el patio del colegio camino de comprar unos caramelos. Según el informe oficial “un objeto contundente”,  reventó su cráneo mientras unos niños palestinos tiraban piedras a los soldados israelíes. Dependiendo de distintas fuentes podía  haber sido una granada de choque o una bala de goma o incluso, una piedra. Pero a fin de cuentas da igual.  Sabir había muerto.   

      Yo estuve con su padre Bassam, en el mismo patio de colegio el pasado mes de abril en un acto pacifista de los “Luchadores por la Paz”, un grupo palestino-israelí de excombatientes de los dos lados, que lucha en contra de la ocupación y por lograr dos estados en paz a través de medios no-violentos. El emotivo evento tuvo lugar precisamente en Anata porque el mismo patio del colegio está cortado por la mitad gracias al muro de separación.  Junto a éste, mientras escuchábamos  palabras, poesías y canciones en contra de la locura interminable, unos niños pequeños continuaban con su pasatiempo de tirar piedras por una estrecha brecha en el muro hasta que al final del acto los soldados se hartaron y lanzaron gases lacrimógenos hacia todos nosotros.

       Bassam había pasado años en la cárcel por atentar contra un convoy militar israelí antes de convertirse en un líder pacifista. Me acuerdo de su nerviosismo y malestar cuando fuimos recibidos por el Presidente Palestino Abbas en Ramallah. Le pregunté por qué estaba en ese estado y me explicó que el mismo edificio presidencial palestino había sido su prisión y por ello, aquellas paredes le inquietaban.  Pero Bassam, no se conformaba, sabía como superar los muros de la separación y el odio. Ahora lidera junto a compañeros israelíes, como su amigo Zohar, ex-piloto de combate, esta singular iniciativa, "Luchadores por la Paz".

 

        Era precisamente Zohar, el encargado de transmitirme la fatal noticia sobre la hija de Bassam.

        Nuit Peled, premio Sakharov por la defensa de los Derechos Humanos, ha escrito que su propia hija Smadar, muerta a los 13 años por una bomba suicida, dará la bienvenida a Sabir en el reino de la muerte. Añade que los padres y madres de las niñas y niños muertos  "podríamos acabar con  la guerra porque sabemos  que no importa qué bandera ponemos, en qué monte ni en qué dirección mira una persona cuando reza y que nada en el mundo es más importante que asegurar que una jovencita llegue a su clase de baile."   

          Pero en el reino de los vivos los muros siguen pasando por los patios de los colegios.  Y lo más chocante es qué, lo que el gobierno israelí llama "la valla de separación", no suele separar a los Israelíes de los Palestinos como afirman, sino en muchos casos, especialmente en el entorno de Jerusalén, aísla y aparta a palestinos de otros palestinos en su trazado tortuoso diseccionando más de una décima parte de Cisjordania.

       Unos días antes de Navidad estuve en una reunión oficial en Jerusalén con la ministra de exteriores de Israel, Tzipi Livni. Al insistirla  en que definiera su propuesta de las fronteras del futuro estado palestino, la ministra fue tajante: seguirían el trazado del muro.  Inmediatamente me vino a la cabeza el patio del colegio de Anata.  Dos semanas después, la Secretaria de Estado estadounidense, Condelezza Rice, trasladaba esta propuesta al presidente Palestino quién la rechazaba de plano.

 

      Ahora, después de lo ocurrido, me pregunto, ¿es posible construir la paz con un muro que pasa por los patios de los colegios?   Si no somos capaces de imponer una paz mínimamente justa, aunque sea justita, seguirá creciendo el reino subterráneo de los niños muertos, donde según Nurit Peled "no existe un choque de civilizaciones y el verdadero multiculturalismo e igualdad prevalecen".

       A pesar del inmenso dolor que nos abate diariamente, Europa debe asumir una mayor responsabilidad para devolver la esperanza de una paz posible entre Israel y Palestina. El primer pasito, por ejemplo, podría ser la recuperación de la totalidad del patio de recreo de triste colegio de Anata.

        David Hammerstein

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26 juin 2006 1 26 /06 /juin /2006 17:48


 Yo, David Hammerstein, un híbrido en Bruselas

    No es nada corriente que haya habido un eurodiputado como yo, español pero nacido en la ciudad de Los Ángeles, California, y que tenga en unos orígenes familiares entroncados en la dura historia de una diáspora particular que comenzó con mis abuelos paternos de Polonia y mis abuelos maternos de Bielorusia. Aún menos corriente, es que sea un "político verde" que ha representado un país con apenas militancia política verde, sin apenas cargos públicos verdes, y sin ni siquiera un unificado y cohesionado partido verde de carácter estatal. La cosa se complica aún más si se tiene en cuenta que llevo un apellido nada castizo ni ibérico, como es el de Hammerstein, que da nombre e identidad pública a mi humilde persona, pero que ni es de cristiano viejo ni de cristiano nuevo en un país con fuerte cultura y tradición católica, y que además resulta ser el nombre de un errante judío no judío que se atreve a chapurrear en hebreo.

    Tengo cierta consciencia de que ante tanta "rareza" puedo acabar generando una indigestión y rechazo a efecto de los ritos y exorcismos propios de la tribu particular y la endogamia cultural, y la cosa se complica si a este variopinto cóctel se le añaden unos sustanciales ingredientes de identidad y de lengua valenciana, unas pizcas ideológicas y culturales de un padre sindicalista y comunista, una moralidad del abuelo rabino, una ansia de libertad de una madre escultora que leía a Simona de Beauvoir y cantaba canciones populares en yiddish, y una red familiar eliminada de golpe por los nazis en los campos de concentración de Polonia.  

    Desde una edad muy temprana he tenido inquietudes sociales y he estado muy politizado. Cuando aún era imberbe, durante años desarrollé una activa militancia trotskista al tiempo que comenzaba con un activismo ecologista como miembro de Club de la Sierra y de otros grupos, y participé en protestas estudiantiles contra la guerra de Vietnam y  el apartheid en SudAfrica. Desde que  llegué a España en 1978 durante un viaje turístico por Europa, y después de acabar los estudios universitarios de Sociología, he tenido una gran implicación en el movimiento ciudadano y vecinal de la ciudad de Valencia, con un especial compromiso en la defensa de un nuevo urbanismo y en la protección y rehabilitación del centro histórico de Valencia. Mi trabajo más directamente político empezaba a finales de los ochenta en Valencia, como vocal en una Junta de Distrito municipal, y en representación de Esquerra Unida del País Valencià. En el 1999 fui el primer candidato verde dentro de la coalición autonómica Bloc-Els Verds, que quedó a puertas de superar el 5% de los sufragios y entrar en el Parlamento valenciano. En el 2003 fui elegido por Els Verds como candidato verde a la Alcaldía de Valencia.  Desde el 1999 hasta el 2004 he trabajado para los partidos verdes españoles en diversos cargos locales, autonómicos, e internacionales. Ante las elecciones europeas del 2004 fue elegido por Los Verdes de la confederal estatal para estar en la candidatura europea en coalición con el PSOE, y resulté elegido como eurodiputado gracias a este pacto electoral entre Los Verdes y el PSOE.  

    He sido un atípico diputado europeo que he tenido un pie en la calle y el otro pie en el Parlamento Europeo. Aunque vengo de Valencia, he intentado cubrir con  “rutas verdes” todo el territorio del estado español. No suelen abundar los representantes políticos dispuestos a hacerse portavoces incómodos de luchas ciudadanas y vecinales con inquietud ambiental. Dada la enorme cantidad de demandas ciudadanas que he recibido como europarlamentario verde, no me ha resultado nada fácil el canalizarlas y hacerlas valer dentro del complejo orden burocrático, administrativo, y político de las instituciones europeas.  También he tenido la enorme satisfacción de conocer y trabajar con numerosas organizaciones y grupos que luchan con imaginación y corazón para conservar lo más valioso y singular de sus ciudades, pueblos, y comarcas, frente a un sinfín de proyectos de maldesarrollo, social y ecológicamente destructivos y sobredimensionados, desde autovías y super-puertos, hasta vertederos, minas a cielo abierto, centrales térmicas, y macrourbanizaciones. Recibí en el Parlamento Europeo a muchos grupos de toda la geografía española, que sabían que mi oficina en el Parlamento de Bruselas es también su casa. Me he recorrido muchos rincones del territorio español sin hacer caso del color y tinte de los gobernantes en cada zona, puesto que solo me he orientado por la fuerza y el atropello de cada injusticia socioambiental. Durante la pasada legislatura europea presenté muchas y variadas preguntas parlamentarias sobre los numerosos incumplimientos de la legislación europea en España y en algunos otros países europeos.

    En el Parlamento Europeo he sido miembro titular de la Comisión de Peticiones, que ha potenciado la participación directa de la ciudadanía europea ante la vulneración del derecho comunitario. También he sido miembro de la Comisión de Industria, Investigación y Energía, donde me he especializado en una serie de nuevas problemáticas, que van desde los derechos digitales,  Internet, las telecomunicaciones, la propiedad intelectual, la investigación científica, hasta las energías renovables y las sustancias tóxicas.

    También he sido suplente de la Comisión de Asuntos Exteriores, y en ella he enfocado mi trabajo hacia el conflicto del Oriente Próximo.  He intentado apoyar todas las iniciativas a favor de la paz en la región, y he participado en diversas delegaciones oficiales y no oficiales en Israel, Palestina, el Líbano, Siria, y Gaza. He colaborado con distintas ONGs pacifistas y ecologistas para fomentar lo que hasta hoy parece una paz imposible. Asimismo, participé en la Asamblea Euromediterránea y en las delegaciones oficiales para Israel y Palestina. Junto a otros europarlamentarios, entré camufladamente en la sitiada ciudad de Gaza durante la pasada invasión israelí, y allí lloré y sentí en directo la impotencia y la rabia ante el terror y el miedo sembrado por los tanques y los bombardeos. También y como anécdota pude reconocer la valía y el trabajo útil realizado por “el gran ejército de salvación” que representaban los burros en una ciudad destruida por las bombas, donde el transporte y la comunicación mediante vehículos se hacían imposibles. El bienestar animal también es también una prioridad de mi trabajo como eurodiputado. He sido el Vicepresidente del InterGrupo de Bienestar Animal del Parlamento Europeo, y mantengo una relación fluida y cooperativa con muchas organizaciones animalistas en España.  También tengo otras inquietudes que viabilizo en lo que puedo y cuando las circunstancias me lo permiten. Me interesan mucho las problemáticas ligadas al urbanismo y la construcción ecológica, al “slow food” y al desarrollo rural alternativo, y también todas las nuevas tecnologías que puedan estar al servicio de la gente y del mundo viviente. Soy un europeísta convencido y trabajo con pasión a favor de una Europa más unida, más federal, y más  democrática.

  Actualmente trabajo en Bruselas ante las instituciones europeas para el Diálogo Transatlántico de Consumidores,  que representa a docenas de asociaciones cívicas y de consumidores, en problemáticas muy diversas ligadas al control y acceso al conocimiento. Oriento mi labor hacia el acceso global a medicamentos, hacia el avance de un entorno digital abierto e interoperable, y en general hacia el respeto de los derechos fundamentales y la ampliación de las libertades sociales en las relaciones entre la propiedad intelectual y las sociedades. 

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